Día 3.

Antes de empezar: si tuviera que ponerle una banda sonora a esta entrada, sería «Stop de clocks» de L.A. ¿La conoces? ¡Búscala mientras me lees! Te espero y le damos al play lxs dos juntxs. ¿Listx?

¡Vamos!

Ahora sí, déjame que te cuente algo personal:

Ayer le prometí a Martí (archiconocido por Mini1) que no estaría tanto rato con el móvil.

Ha estado enfadado estos días y tiene razón. Con esto de querer leer todo lo que está pasando para estar informada, el móvil se ha convertido en una extensión de mi mano.

A él le importa poco que lo use por trabajo, para socializar o para hacer una compra.
Lo que ve Martí es que ni lo miro ni lo escucho ni lo siento con las manos y la cabeza despejada. Siempre hay interrupciones entre nosotros y esto, queridx, es un retraso.


¿De qué me sirve saber tanto sobre lo que pasa fuera si me pierdo las cosas que pasan a medio metro de mí?

Martí (y todxs) no solo necesita presencia, necesita que esté, que estemos. Estar de verdad. Emocionalmente disponibles. Con los ojos abiertos, con la mente en lo que estamos haciendo. Un poco más aquí y ahora. Y no solo como un esfuerzo puntual, más bien lo necesita(mos) como nuestra forma habitual de actuar.

No lo olvidemos: lxs niñxs son mindfulness con piernas y mucho aprendizaje.

Así que, al hilo de esta experiencia, te propongo un ejercicio para hacer con la persona (o personas) con la que estás conviviendo*.

Este ejercicio es minfulness, es autocuidado y es cuidar.
Por favor, apaga el móvil y establece una conversación:

Para que te sea más fácil empezar, te lanzo algunas preguntas:

  • ¿Puedo hacer algo para hacerte la vida más fácil?
  • ¿Qué te preocupa?
  • ¿Cómo estás?
  • ¿Qué te hace sentir bien en estos días tan raros?
  • ¿Qué te gusta de lo que tenemos?
  • ¿Cuáles son tus primeros recuerdos sobre mí?

Y, si ayer no lo hiciste, reconócele y agradécele las cosas de forma sincera.

Antes de la cuarentena estábamos hiperactivos y me da la sensación que, en ella, seguimos estándolo. Es como que tenemos que hacer mil cosas, estar en mil historias, leer mientras trabajamos, cocinar mientras arreglamos la casa… ¿Qué pasa si hacemos las cosas de una en una? ¿Lo probamos? Esto también es focalizar atención.

¿Qué pasa si simplemente estamos?
No te digo ir a la deriva todo el día. Hablo de parar, tomar aire, respirar a las personas con las que estamos, prestarles atención. Toda nuestra atención, no solo las sobras.

¿Te apuntas?

*Si vives solx, usa el móvil para lo importante y haz una llamada y ten una conversación profunda

Deja un comentario