Perdón.

Los seres humanos somos seres sociales. Necesitamos al grupo del mismo modo que el grupo nos necesita.

Realizamos intercambios sociales constantemente, ya sea cara a cara o a través de las redes sociales. Interactuamos, nos comunicamos, nos acercamos a las personas que nos interesan y nos indignamos con ciertos hechos. Se equivocan con nuestra persona y, por supuesto, nos equivocamos con los demás.

A muchxs nos han enseñado que al equivocarnos debemos pedir perdón. Y de eso vengo a hablaros hoy: de perdonar, pedir perdón y perdonarnos.

Perdonar

“La gente no suele hacernos daño con alevosía. Cada unx busca su bienestar sin mirar demasiado lo que este provoque en el otro. No buscas lastimarnos con intención. Más bien con la necesidad de estar bien, a pesar de todo, y en ese todo, estamos el resto”.

Esteve Humet.

Esta frase se me quedó grabada en un curso que hice con Humet y que me marcó para siempre.

De hecho,  llevo reflexionando sobre ello desde entonces y he llegado a la conclusión de que:

  1. Las personas nos duelen y todxs dolemos a los demás.
  2. Solemos abrazarnos a la intención cuando hablamos de nuestros actos y a los hechos cuando se trata de juzgar a los demás.
  3. Intencional o fortuito, el dolor es dolor y siempre trae consecuencias.
  4. Perdonar (sinceramente y tras un proceso respetuoso con unx mismx) produce liberación. Perdonamos para ser libres del dolor que hemos sentido respecto a los demás o de la situación que se ha creado.
  5. Tendemos a tomarnos las cosas de forma demasiado personal y en realidad es cuestión de perspectiva: cambiar el mira lo que me ha hecho por el esta persona en estas circunstancias se comporta… suele ayudar mucho.

¿Qué opinas tú de la reflexión de Esteve Humet?

A continuación, te dejo aquí unos tips que espero que te ayuden:

  1. Permítete un tiempo para poner en orden tus emociones y pensamientos. Obsérvate sin juzgarte.
  2. Respeta todas tus emociones, el ritmo en el que se expresan y el tiempo en que escuecen. No tapes nada, no te obligues a nada, no finjas no sentir.
  3. No te pierdas en el autocastigo ni en las culpas. Invierte ese tiempo en pensar: ¿qué necesito ahora? ¿Qué quiero? ¿Quiero a esta persona en mi vida? ¿De qué manera la quiero?
  4. Cuando estés listx, suelta el dolor, la situación y/o la persona que te ha dañado.

Pedir perdón

 “Cuando digas las palabras “lo siento”, asegúrate de comprender que una disculpa tiene 3 partes. “Lo siento”, “es mi culpa y no lo volveré a hacer” y “¿cómo puedo mejorar las cosas?”.

La última parte es la más importante.”

Manasa Rao Saarloos.

De pequeñxs nos resulta facilísimo pedir perdón. A veces lo hacemos de forma sincera y otras es un mero trámite que nos permite seguir jugando… pero sea como sea, lo hacemos. No obstante, a medida que vamos creciendo, esa capacidad desaparece tras capas de… ¿qué? ¿Será orgullo o quizá ego?

Como hemos dicho antes, la buena intención no nos exime de las consecuencias de nuestros actos. Incluso a veces nos enfadamos, criticamos y juzgamos al otro por habernos equivocado. De repente no somos responsables: si la cosa no va conmigo, no tengo que cambiar nada.

Sin embargo, otras personas no hacen otra cosa que pedir perdón. Por lo que hacen mal, por lo que no están seguros de hacer mal, por lo que hacen bien, por tener éxito, por avanzar, por querer, por respirar…

Tan malo es no ser capaz de hacer autocrítica como ser tu peor azote. Si te sientes identificado en el segundo caso,  te diré algo sencillo: para.

Al pedir frecuentemente perdón se desvaloriza la palabra y te desvalorizas tú.

Tips para pedir perdón:

  1. Que pidas perdón no implica que la otra parte deba aceptar tus disculpas ni cambiar nada. Pides perdón porque crees que te has equivocado y por tu compromiso a cambiar lo que no te gusta de ti, independientemente de lo que la otra persona decida o no.
  2. Si pides perdón y no piensas alterar en absoluto tu comportamiento, no estás siendo sincero. Para hablar por hablar están los canales de televisión, así que piensa bien lo que haces antes de hacerlo.
  3. Sé sincerx, directx y leal a ti mismo.
  4. Pedir perdón nunca implica arrastrarse, suplicar, insultarte, menospreciarte ni permitir que se te exija nada por el estilo.
  5. Pedir perdón también te libera, te descarga y te reconecta. Es maravilloso no llevar peso extra en la mochila, ¿no crees?

Perdonarte

“La verdad es que, a menos que lo dejes ir, a menos que te perdones a ti mismo, a menos que perdones la situación, a menos de que te des cuenta de que la situación ha terminado, no puedes seguir adelante”

Steve Maraboli.

Y aquí hemos topado con la parte más difícil.

De la misma forma que digo que hay gente que parece no tener ninguna capacidad de autocrítica, hay otra parte de la población demasiado exigente para todo lo que tenga que ver con unx mismx.

Si te hacen daño, piensas: “esto te pasa por imbécil” y si eres tú a la que hacen daño, te juzgas: “es que soy mala persona, torpe, inútil…”.

La estadística me gusta poco y se me da peor, pero ¿podemos hacerlo todo tan mal?

Aprender a perdonarte es esencial, así que aquí van unos tips que ojalá te resulten útiles:

  1. Ojo con esa autocrítica feroz, con estar todo el día con los debería o no debería en la boca y con ser tu mejor mal amigx. Eso te hace perder perspectiva, seguridad y el cariño que todos debemos darnos.
  2. Todxs cometemos errores. Aceptar eso es imperativo si quieres mejorar la relación contigo mismx y con lxs demás.
  3. Cuídate siempre: en los aciertos, en los grises y en los errores. Quiérete también por todas las cosas que no te gustan.
  4. Suele ayudar contestarse lo siguiente:

Si esto lo hace otra persona: ¿lo considero error? ¿Digno de tener que pedir perdón? ¿Debe esa persona castigarse por los siglos de los siglos por ello? ¿Sería tan duro yo con cualquier otra persona? ¿Qué le diría a alguien a quién quiero ante esta situación?

  • Define operativamente qué es eso que debes perdonarte.
  • Cualquier avance es digno de reconocimiento. Reconócelo.
  • Vuelve al tip número 3 con saña y alevosía tantas veces como haga falta.

Me despido por hoy, no sin antes desearte que seas feliz, que tengas salud y que te vaya bien en la vida.

A partir de ahora acabaré siempre igual. Muy mindfulness, muy yo.

Te abrazo.

Deja un comentario