Días 10 y 11

Pau no duerme bien por la noche. Le están cambiando los ciclos del sueño, su cerebro está madurando, sus dientes se están preparando y, además, tiene dermatitis. ¿Qué? ¿Qué te parece? 

Con todo esto, a mi frase preferida que es “no me da la vida” le está faltando dramatismo. Ha quedado descafeinada. Desustanciada. 

Esta es parte de mi mochila. Un bebé de dos años pasando su aDOSlescencia y un bebé de 5 meses madurando adecuadamente. La vida que no se detiene (otra vez). 

El máster bien, gracias. He leído casi la mitad del temario de la asignatura y me entra la risa floja cada vez que leo los 5 trabajos que tengo que hacer para la semana que viene. La parte bonita es que estoy aprendiendo muchísimo sobre emociones y que disfruto de leer y re-leer. Estoy tan contenta que le voy a escribir un mensaje de gratitud a la profesora. 

En otro orden de cosas, el coronavirus y el confinamiento se me están subiendo a la cabeza. ¿Tú por dónde lo llevas? 

Hablaba de mochilas y es que cada uno tiene la suya.

Cargado en ella llevamos lo que somos (biología, temperamento, lugar de nacimiento, familia, momento histórico), cómo estamos (momento vital) y las experiencias que hemos vivido y vivimos (sus marcas, cicatrices, estrategias, pérdidas etc.). 

Creo que ya es suficiente con lo que arrastramos como para que lleves peso de otras personas y más si lo haces de forma habitual. 

Recuerda: 

1️⃣ Deja de cargar en tu mochila con las fobias y los dramas de los demás. 

2️⃣ Deja de responsabilizarte de sus malos días, de su felicidad, su placer, su transformación personal. Puedes acompañar (si es lo que quieres), aconsejar si te lo piden, abrazar cuánto haga falta. Pero no puedes hacer nada por los demás que no quieran hacer ellxs para si mismxs. 

No, no tienes ese súper poder. 

Lo que sí espero que tengas es espacio para ti y que sepas poner el foco en tus necesidades, sentimientos y actitudes. 

Que sepas responsabilizarte de lo que es tuyo, transformarte y reinventarte si así lo consideras; buscar tu propio placer y satisfacción cuándo sientas que es oportuno.

Y aquí te dejo los ejercicios: 

  1. Recoge el papel dónde habías escrito cómo estás. Identifica las emociones que sientes. Elige una de ellas. 
  2. Vas a dibujar tu emoción. Sí, como lo lees. Dibújala y cuándo lo hayas hecho vas a ponerle una banda sonora. 
  3. Guárdalo, en unos días volvemos a encontrarnos con él. 

Mi emoción predominante estos días es la tristeza. He dibujado una masa deforme de colorinchis imposibles, tres pelos (así pega con los que quedan en mi cabeza del post-parto) y los brazos hacia abajo. Está como rendida. Y tiene cola (no sé por qué, pero la tiene). 

La banda sonora de mi emoción es una canción de Mecano. “Me cuesta tanto olvidarte”. ¿La conoces? Escúchala conmigo. Creamos ambiente. 

No la escribieron con este fin, ya lo sé, pero representa a mi masa deforme, calva y de brazos caídos. 

Estoy deseando recibir vuestros mensajes. 

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