“No se que me pasa, estoy constantemente nerviosa, angustiada, a veces parece que me cuesta hasta respirar, tengo miedo, nauseas… Hay momentos en los que parece que no soy yo, que me voy a volver loca. ¡Incluso he llegado a pensar que me voy a morir! Me paso el día pensando en lo que me pasa… le doy muchas vueltas… ¿es algo grave? ¿me estoy volviendo loca?. Estoy muy preocupada, me da la sensación de que esto se me escapa de las manos […]He empezado a evitar cosas”
¿Qué me está pasando? Estamos ante sintomatología ansiosa. Los trastornos de ansiedad son los que comparten características de miedo y ansiedad excesivos y persistentes lo cual provoca alteraciones en el comportamiento.
¿Qué es el miedo? Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. El miedo está asociado a conductas de huida o defensa, pensamientos de peligro inminente.
¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es una reacción emocional normal necesaria para la superviviencia de los individuos y de nuestra especie. Es necesaria para la vida de las personas. Todos tenemos ansiedad, sin ella moriríamos quemados, atropellados, de hambre… la ansiedad es por tanto adaptativa y vital siempre y cuando se presente de forma normal. La ansiedad es patológica cuando se presenta en intensidad elevada, y pasa de ser algo normal a algo molesto y dañino para la salud física y mental de quien padece esos ataques.
Se convierte en una respuesta anticipatoria a una amenaza futura. La ansiedad está asociada a tensión muscular, vigilancia en relación a un futuro peligro (se tiende a sobrestimar el peligro) y comportamientos cautelosos o evitativos.
La ansiedad se manifiesta en distintos trastornos que se diferencian entre sí según el tipo de objetos o situaciones que inducen el miedo, la ansiedad. Las conductas evitativas que se ponen en marcha y los pensamientos que se desarollan.
Hoy, siguiendo el relato inicial me centraré en los ataques de pánico.
¿Qué es un ataque de pánico? Se caracterizan por la aparición de miedo o malestar intensos, inesperados y recurrentes. El ataque de pánico alcanza su máxima expresión en minutos para después volver a la normalidad.
Algunos de los síntomas: palpitaciones, sudoración, temblor, dificultad de respirar, sensación de ahogo, molestias tórax, nauseas, mareo, inestabilidad, aturdimiento, desmayo, escalofríos, sensación de entumecimiento, sensación de irrealidad, despersonalización, miedo a volverse loco, miedo a morir.
Después de dichos ataques pueden aparecer una inquietud o preocupación continua acerca de la aparición de nuevos ataques de pánico (centrando nuestra atención hacía las señales potencialmente peligrosas para nosotros) o de cuales pueden ser sus consecuencias (enfermedad grave o volverse loco). También pueden aparecer comportamientos destinados a evitar otro ataque de pánico y pensamientos centrados en la amenaza.
¿Qué pienso?
- Tras la aparición del primer ataque pienso que me va a pasar algo en cualquier momento cercano en el tiempo o en un futuro.
- Tengo pensamientos de pérdida y fracaso o he dejado de pensar en mí de forma positiva y capaz de salir de esta situación de forma victoriosa.
¿Qué siento?
- Siento miedo/temor intensos.
- Angustía y malestar.
- Falta de energía.
- Tristeza
¿Qué hago?
- Pongo en marcha conductas de huída y evitación.
- No tengo ganas de estar con nadie.
- Dejo de hacer cosas que antes hacía.
¿Cuándo me ocurre?
- Ante amenazas
- Con señales ambiguas
- Con estímulos que antes suponían un peligro aunque ahora no lo sean
- En situaciones donde ha aparecido la amenaza antes
¿Qué debo hacer ante esta situación?
Pedir ayuda a un profesional competente que me ayude a cambiar la percepción de estas sensaciones, me enseñe técnicas de relajación y en caso que sea necesario supervise una correcta exposición a los estímulos que desencadenan la ansiedad . Cada caso es único así que el profesional debe pautar el tratamiento adecuado, siempre respetando el/los tratamiento/s que han demostrado más eficacia en este tipo de trastornos.
Los ataques de pánico generan un notable malestar, pero con una correcta intervención pueden ser eliminados de nuestra vida o al menos reducidos de forma muy considerable.