Antepenúltimo

Hace unos días escribió mi compañera Aina Lliteres algo en sus redes que me encantó. Dice así: 

“Si cuentas los días que sea para validarlos, no para restarlos. Cada día, aquí y ahora, es nuestra vida. Nos guste más o nos guste menos, con sus subidas y sus bajadas. Con la plena consciencia de cómo estás y de lo que querrías, con dosis de realismo, y a veces no tanto. ¿Qué maneras buscas y encuentras para vivir?”. 

Aina es una excelente profesional: ética, empática, formada, compañera, una genial formadora y, sobre todo, una gran madre y mujer. La primera recomendación de esta, mi antepenúltima entrada en el blog sobre ejercicios de cuarentena, es que la busques y la leas. Aprender y reflexionar, cuando se trata de ella, está asegurado. 

¿Cómo estás? 

Voy a confesarte algo. El 23 de abril, como bien sabes, es Sant Jordi, el día del libro, y desde pequeña este es uno de mis días favoritos del año. Como en esta ocasión no vamos a poder ir en busca de libros, me he apuntado a la iniciativa de la librería Rata Corner. La original propuesta consiste en mandar un libro sorpresa a cada persona que conteste a una pequeña encuesta. ¿La has visto? 

He pedido tres sorpresas: una para Martí, una para Pau y otra para mí. Estará bien que lea algo que no sean manuales de psicología. ¡Ya estoy emocionada y con ganas de saber qué me llega!

Y también por ver cómo, tras agudizar el ingenio, conseguimos llegar de forma más o menos directa a las personas, cada profesional a su manera. 

En los grupos de meditación estamos haciendo un trabajo maravilloso. Estoy como cuando era niña y pensaba en los días de excursión. Ahora mi día de excursión son esas maravillosas mujeres y lo implicadas que están en las actividades que les propongo entre sesiones. Todas y cada una de ellas son inspiradoras. Gracias a todas por hacerlo posible. 

Hablando de meditar, ¿cómo llevas tú los ejercicios que te voy proponiendo? ¿Estás siendo más o menos constante? 

Sois muchas las personas que me escribís para preguntarme, agradecerme y enseñarme lo que vais haciendo. Gracias a todas las que lo habéis hecho. Es maravilloso saber que llego, que remuevo y que os acompaño, aunque sea muy sutilmente. 

¿Vamos al ejercicio? 

Te pedí hace semanas que 1) observaras como te sentías, 2) describieras cómo te sentías, 3) te sentaras a tomar el té con tus emociones, agradeciendo la información que te dan y aceptándolas como parte de ti 4) y, por último,que mostraras autocompasión por tu malestar. 

Sienta bien darte amor, ser abrazo y reconfortarte a ti misma, ¿verdad? 

Siguiendo con este ejercicio, hoy te voy a pedir que vayas a tu rincón del reset y realices movimientos compasivos. 

Primero: colócate en tu posición de meditación. Cierra los ojos y haz tres respiraciones muy lentas y conscientes dejando pasar cualquier pensamiento, emoción y sensación previa. 

Segundo: coloca las palmas de las manos hacia arriba. Lleva tu mano derecha sobre tu mano izquierda y acaríciala. Despacio, siendo consciente de las sensaciones físicas, las cosquillitas, la suavidad de tus manos, la temperatura… tras un minuto, vas a hacerte el masaje con la mano izquierda sobre la derecha. 

Tercero: vas a darte un abrazo, fuerte y reconfortante, mientras te repites las frases autocompasivas de la semana pasada, despacio, y tomando conciencia de que estás deseándote lo mejor para ti. 

Cuartoacaricia tus mejillas muy despacio. Tomaconsciencia de cada movimiento y pon toda tu atención enlas sensaciones físicas que te provoca. 

Como siempre, vendrán a tu mente otros pensamientos, sensaciones y emociones. Es normal así que al darte cuenta de que tu mente se ha distraído vuelve a conectar con el ejercicio que estás haciendo. 

Este ejercicio es de necesaria repetición. Cada día antes de irte a dormir o al despertarte, al desbordarte emocionalmente o simplemente porque sí, repítelo. Entrena. 

Nos vemos en unos días para la penúltima entrega de ejercicios coronavíricos. 

Te abrazo tan fuerte que te estrujo. 

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