Piedra, papel, tijera.

Piedra

Papel

Tijera

[Lagarto, Spook] y siento la frikada, pero si no la digo me explota la cabeza.

Se viene nuevo ciclo, esta vez de fortalezas. Y me hace muchísima ilusión escribir sobre ellas. Las fortalezas que nos convierten en piedra, que nos vuelven de papel y nos permiten cortar lo malo para permitirnos florecer.

Florecer. Quédate también con esta palabra.

En psicología usamos un manual parecido al vademécum que recoge todos los trastornos mentales. Ahora mismo estamos por el DSM-5. En este libro se clasifican los trastornos por grupos y se describen los criterios diagnósticos, se especifican las gravedades, las características, los diagnósticos diferenciales, etc. Es el manual que recoge todo lo patológico del ser humano.

Pero ya sabes que el ser humano no solo tiende a la patología sino también a la búsqueda incansable de la salud.

Estamos cargados de fortalezas, actitudes, aptitudes, factores de personalidad… que nos protegen de nuestras vulnerabilidades y son, a su vez, indicadores de salud, estrategias invisibles e impulsoras de nuestro bienestar.

Por ello, Martin Seligman y Cristopher Peterson empezaron a recoger y clasificar las virtudes y fortalezas del ser humano, allá por 1998, convirtiéndose su trabajo en la base de la psicología positiva.

Y hoy, en el estreno de las fortalezas psicológicas, no se me ocurre mejor manera de empezar que con el AMOR.

Ay, ¡el amor! Hemos escrito, cantado, pintado, rodado películas, llorado, reído, disfrutado y padecido tanto con/por/a través de él…

¿Vamos a por ello?

Empecemos.

Cantero definió el amor de una forma que me gusta mucho y que ahora mismo comparto contigo:

“Es un compromiso que se desea recíproco, es una actividad, un acto de voluntad que implica dar y que se manifiesta por el deseo de cuidar al otro, por la responsabilidad voluntaria de estar disponible cuando te requiere, por el respeto de la persona tal y como es, y por el conocimiento íntimo del otro que te posibilita, en última instancia, una actuación incondicional”

Actuación incondicional. No me digas que esta frase no es una auténtica maravilla.

Teorías

Son muchas las teorías que explican la importancia del amor en la vida humana.

Sabes que desde que nacemos hasta que morimos usamos el amor como vehículo, como agente promotor de salud y generador de relaciones interpersonales. El amor es, pues, una de las formas más potentes de intercambio social. Y el amor también es prevención, mejora la salud psicología y física, e incluso influye en pacientes con enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermos coronarios).

Si me permites, hoy te traigo la teoría triangular de Sternberg que se desarrolla en torno a tres componentes: intimidad, pasión y compromiso.

Reflexionemos sobre cada uno de ellos, ¿te parece?

Intimidad

Sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión. Implica:

  1. L@s psicólog@s somos muy insistentes en esto pero es que, para absolutamente todo, la comunicación es vital.

– Hacerlo de forma asertiva, aplicando la escucha activa con base en la empatía.

– Procurando resolver en vez de reprochar y hablar desde el propio punto de vista (que no es la verdad absoluta).

Evitando las etiquetas, los “siempres” y los “nuncas”.

– Aprovecho para recordar que leer el pensamiento y saber los motivos que mueven la conducta de los demás es un don que solo tienen los que, además, son capaces de predecir el futuro (guiño, guiño). Así que pregunta lo que no entiendas y aclara cuanto necesites: es más práctico.

  1. Conexión: conectar con alguien es una mezcla de química y constancia. La química sucede. ¿Sabías que tardamos unos 30 segundos en formarnos una impresión sobre alguien? Es una pasada. Llegar así de fácil es maravilloso, pero conservar ya es otro nivel. Y ¿cómo conservar lazos?
  2. Dar y recibir apoyo: expresando lo que necesitas, pidiendo ayuda a las personas a las que quieres, aceptándola, estando emocionalmente disponible y apreciando (si lo demuestras es más fácil) que los demás lo estén contigo.
  3. Respeto: cuesta permanecer cerca de aquellas personas que no saben o quieren respetar quien eres, tu estilo de vida, tus sueños. Verás, el respeto no se tiene que ganar porque tienes el derecho humano a recibir un trato respetuoso.

A pesar de ello, ¿cuántas faltas de respeto hay diluyendo relaciones? Cuando hay amor, no hay insultos ni manipulación ni victimismo ni culpa ni justificaciones enfermizas ni malas formas como tónica constante. Y, aunque no puedas evitar que alguien vulnere tu derecho al respeto, lo que sí puedes hacer es ser coherente con la falta de él al no permanecer donde es evidente que no te quieren como mereces.

  1. Promover bienestar. Cuando quieres a alguien y algo te importa, procuras cuidar para conservar. Hacerlo es una forma de proteger el vínculo, de preservar el amor. Querer es maravilloso y de igual forma una responsabilidad proporcional. En primera instancia lo es para ti, que dices hacerlo, pero ¿actúas en consecuencia? Y de rebote al objeto de tu amor, ¿lo recibe?

Ideas para preservar y promover la pasión.

¿Te puedes creer que hace días que no paro de cantar mentalmente la canción de Paulina Rubio “Y yo sigo aquí”?. Es un esperpento de canción de la cual conozco todas las estrofas. Por supuesto.

A lo que voy.

La pasión, según Sternberg, es el estado intenso de unión con el otro que engloba la autoestima, entrega y satisfacción sexual.

  • Sobre la autoestima hablaré mucho en breve tanto en mis perfiles en redes sociales como en este blog y aprovecho para volver a decirte: Florecer.
  • La entrega. Darte por completo y sin peros a algo o a alguien. Estoy segura que conoces la sensación de vértigo y de satisfacción que esa entrega conlleva. Y quizás también sabes lo que es perderte en ella. ¿Te pasa a menudo? ¿Al observarlo sabes gestionarte?
  • Satisfacción sexual que parte de tu propósito de hacerte disfrutar. Sí, tú, a ti. Esperando que tu pareja haga exactamente lo mismo para sí misma. Sabiendo verbalizar el qué, el cómo y el cuándo, usando el respeto como intercambio y la comunicación que os permita saber hasta dónde llegar en conjunto sin incomodar ni invadir.

Extra combo: el tarro. Siéntate con tu pareja a escribir en unos post-it algunas de vuestras prácticas sexuales favoritas: masturbación, sexo oral, masajes, besos, juguetes, etc. Meted esos post-it en el tarro. Coged el tarro de vez en cuando y sacad de él uno de los papelitos. Luego, ¿qué tal si realizáis la sugerencia que hay escrita?

Last station: compromiso. Parte de dos puntos:

  • Decidir amar. De verdad que a mí me parece lógico, pero tras años de experiencia clínica quizás no lo es tanto. Cuando mantienes una relación con otra persona decides que quieres tenerla. No, no deberías verte en medio de relaciones sin tener ni idea de qué estás haciendo allí. De ser así, eres un peligro (para ti sobre todo). Con eso no digo que solo haya una forma de relacionarte ni una relación concreta a la que rendir culto. Digo que, hagas lo que hagas, procures hacerlo de forma consciente.
  • Mantener ese amor. Para ello: ten alguna cita “como las del principio”, envía un mensaje solo para decir te quiero, procura preguntarle a tu pareja si está bien, si es feliz, si puedes hacer algo para facilitarle la vida.

Hace años vi en Internet la foto de una planta muerta (muy muerta) con una línea vertical que la dividía. A la izquierda decía: la han regado hasta ahogarla. A la derecha ponía: la han matado de sed.

Lo que trato de decirte es que busques el equilibrio y que tan malo es pasarse de acelerada como de frenada.

El amor da para muchas entregas, pero tengo que parar aquí si no quiero convertir esto en un libro.

Por cierto: el papel, cuando se trata de amor, siempre gana a la piedra. Recuérdalo.

Me despido no sin antes desear que seas feliz, que tengas salud y que te vaya bien en la vida.

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