5,6 y 7

Esta situación que estamos viviendo es absolutamente anómala.

Pre-ocuparme de cosas tan abstractas como el impacto social, moral, económico o laboral post-cuarentena se me hace bola. Me repito que hay que ir al día. Así que me recuerdo que hay muchas cosas que no podemos controlar.

Me digo que cuándo salgamos de esta no seremos las mismas personas, no me cabe duda. Escribía mi compañera Magdalena Grande que muchos estamos haciendo un viaje hacia el interior y siempre he pensado que de esa clase de viajes nunca se vuelve siendo la misma persona que lo empezó. Era necesario cambiar muchas cosas de nuestra forma de funcionar como individuos y como tribu. ¿Será esta la manera de, por fin, cambiar?

En mi propio viaje interior estoy yendo y viniendo de los extremos. A veces abrumada y otras extremadamente decidida. A veces convencida de que he tomado conciencia real de la vida que tengo. Mientras me golpea la idea de ¿cuánto crees que tardaremos en olvidarnos de disfrutarla otra vez?

Cuando se sacuden nuestros cimientos salimos del hoyo prometiendo(nos) cosas que se nos acaban por olvidar y muchas veces implica que nos volvemos a posponer.

No es una crítica. Hacemos lo que podemos.
Lo que sí es una crítica es que escupo frases que a lo mejor solo tienen sentido y forma en mi cabeza.
En otro orden de cosas: ¿has visto los vídeos de los animalitos campando a sus anchas en las ciudades? ¿Soy la única a la que estas imágenes le recuerdan a las películas?


¡A lo que iba! Te propongo tres ejercicios. El de ayer, el de hoy y el de mañana:

  1. Hacer un picnic en casa. Encima de las baldosas, en el salón o la terraza. Ya sé que es más fácil y cómodo comer en la mesa, pero vamos a romper un poco la rutina para hacerla más llevadera. Es fin de semana y el cuerpo lo sabe, usémoslo como excusa para hacer algo divertido. Te cuento mi experiencia para romper el hielo: a mí me gusta crear ambiente (ya lo sabes), así que decidí poner en la televisión imágenes de un coral. Imagíname en el suelo, mirando peces y mini 1 sin entender nada aunque parecía que se estaba divirtiendo. A la quinta vez que me tuve que levantar del suelo a por algo que se me había olvidado, me pregunté qué estaba haciendo con mi vida. Pero la verdad es que nos reímos y seguro que nos acordaremos del picnic que hicimos el primer fin de semana de cuarentena.
  2. Ejercicio de mindfulness en la respiración. Pon una alarma en tu móvil para estar haciendo el ejercicio durante 3 minutos. Te pido solo 3 minutos. Al inspirar vas a pensar en algo que te gusta de ti misma (pueden ser siempre las mismas cosas si no se te ocurren más), de tu vida, de tu familia, de tus amigos, de tu trabajo. Al soltar el aire vas a decir mentalmente GRACIAS.
  3. Vas a hacer algo para cuidar de ti. Darte un baño en vez de una ducha, masajearte en vez de desparramarte la crema a la velocidad de la luz, hacerte una mascarilla, pintarte las uñas… decide qué cuidado especial vas a darte y ¡hazlo hoy mismo!

Puedes hacer uno, dos, tres o ninguno. Hagas lo que hagas procura hacerlo de forma consciente y atenta.
¿Te apuntas?

Deja un comentario